lunes, 8 de noviembre de 2021

EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES DINERARIAS. PAGO DE OBLIGACIONES EN MONEDA EXTRANJERA Y LA APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 128 LEY DEL BCV.


 
SENTENCIA N° 464 DEL 29/09/2021. TSJ-SCC. EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES DINERARIAS. PAGO DE OBLIGACIONES EN MONEDA EXTRANJERA Y LA APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 128 LEY DEL BCV.

SENTENCIA N° 464 DEL 29/09/2021. TSJ-SCC. EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES DINERARIAS. PAGO DE OBLIGACIONES EN MONEDA EXTRANJERA Y LA APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 128 LEY DEL BCV.

 

En sentencia N° 464 del 29/09/2021, la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, reiteró que es posible pactar obligaciones en divisas, siempre que no esté expresamente prohibido por ley, concretamente, por el artículo 128 de la Ley del Banco Central de Venezuela. 

Al respecto, la Sala hace la distinción entre un acto jurídico con estipulación expresa en divisas, de obligaciones no contractuales. Estas últimas son consecuencia de un hecho jurídico y, por lo tanto, no se entienden automáticamente pactadas en divisas.

La Sala reitera, que la pretensión de pago de honorarios profesionales bajo el régimen de una obligación en moneda extranjera, sin que exista un contrato de servicios profesionales en el cual el demandado haya aceptado previamente esta modalidad, hace inaplicable el artículo 128 de la Ley del Banco Central de Venezuela para el regir cumplimiento de la obligación.

Se afirma también en la sentencia en cuestión que tal pretensión no solamente sería improcedente, sino que presumiblemente violentaría disposiciones de orden público sobre los efectos de las obligaciones dinerarias, dado que lleva implícita la pretensión de obtener una utilidad cambiaria que podría superar los límites legales de las tasas de interés y la prohibición de la usura.    

En efecto, en el señalado fallo se estableció la siguiente doctrina: 

En este sentido, se observa que el demandante reclama el pago de honorarios profesionales, costos y costas del proceso alegando que se trata de obligaciones dinerarias en moneda extranjera.

El fundamento jurídico alegado consiste básicamente en que, la obligación sobre la cual versó el litigio en el cual se un generaron las actuaciones que constituyen el título de la pretensión de honorarios profesionales, era una obligación dineraria en moneda extranjera, y que de acuerdo con el artículo 128 de la Ley del Banco Central de Venezuela, la estipulación de obligaciones en moneda extranjera es válida tanto si se toma como moneda de cuenta, como en el caso de que se establezca como moneda de pago efectivo.

Al respecto, debe advertirse que la obligación que dio origen al litigio en que el abogado prestó sus servicios, tiene una fuente distinta de la que da origen a las obligaciones de pagar honorarios, costos y costas procesales.

El caso trató de una reclamación de honorarios profesionales, costos y costas procesales en divisas, derivados de un litigio en el que se debatió sobre un contrato pactado expresamente en divisas. Sin embargo, la Sala rechazó tal petición.

Entre los ejemplos dados por la Sala sobre estas obligaciones no contractuales y cuyo pago ordena la ley luego de cumplido el hecho (en bolívares), están las indemnizaciones por hechos ilícitos, gestión de negocios, enriquecimiento sin causa, etc.

En consecuencia, a menos que se pacte expresamente en contrato la obligación en divisas, la obligación se entenderá pagadera en moneda de curso legal (bolívares).  

 

Extracto:

“El fundamento jurídico alegado consiste básicamente en que, la obligación sobre la cual versó el litigio en el cual se generaron las actuaciones que constituyen el título de la pretensión de honorarios profesionales, era una obligación dineraria en moneda extranjera, y que de acuerdo con el artículo 128 de la Ley del Banco Central de Venezuela, la estipulación de obligaciones en moneda extranjera es válida tanto si se toma como moneda de cuenta, como en el caso de que se establezca como moneda de pago efectivo.

Al respecto, debe advertirse que la obligación que dio origen al litigio en que el abogado prestó sus servicios, tiene una fuente distinta de la que da origen a las obligaciones de pagar honorarios, costos y costas procesales.

En efecto, la obligación discutida en el juicio que da origen a la pretensión de honorarios, fue creada por la voluntad de las partes mediante un contrato en el cual se incorporó una estipulación especial que transformó el régimen jurídico de la obligación dineraria para que la misma se expresara en unidades de un signo monetario distinto de la moneda de curso legal en la República Bolivariana de Venezuela, lo cual excepcionalmente puede pactarse en aquellos contratos en que no está expresamente prohibido por la ley, a la luz del artículo 128 de la Ley del Banco Central de Venezuela. 

En consecuencia, el ámbito de aplicación del referido artículo 128 de la Ley del Banco Central de Venezuela está restringido a las obligaciones nacidas de un acto jurídico en que se incluya una estipulación por virtud de la cual el obligado previamente acepte la modalidad de pago en una moneda extranjera (como unidad de cuenta o como cláusula de pago efectivo), y además es indispensable que se determine cuál será la divisa utilizada, todo lo cual debe ser pactado por las partes antes o en el momento del nacimiento de la obligación.

Por el contrario, no resulta aplicable el referido artículo a las obligaciones no contractuales, donde el nacimiento de la obligación dineraria deriva de un hecho jurídico al que la ley asigna directamente esta consecuencia, como es el caso de las indemnizaciones por hechos ilícitos, gestión de negocios, enriquecimiento sin causa, contribución a los gastos de conservación de cosas comunes, reembolso de gastos efectuados por mandatarios y administradores, y especialmente, para el caso de autos, el pago de costos y costas procesales.

Esto porque en tal género de obligaciones, el deudor queda obligado al pago de una cantidad de dinero por disposición de la ley una vez que se ha verificado el hecho jurídico, sin que haya estipulación especial que modifique el régimen jurídico de la obligación dineraria, por lo que esta será indefectiblemente denominada y pagadera en la moneda de curso legal al momento del nacimiento de la obligación.

En este último caso, la pretensión de cobro judicial o extrajudicial de tales obligaciones como deudas en moneda extranjera, no solo es improcedente por carecer de base legal, sino que podría configurar el delito de usura, en caso de que el diferencial cambiario exceda los límites legales de las tasas de interés que sean aplicables a la respectiva obligación. 

En consecuencia, el cumplimiento de las obligaciones dinerarias no nacidas de una estipulación contractual que se ajuste a lo dispuesto en el artículo 128 de la Ley del Banco Central de Venezuela, se rigen por las normas que regulan el cumplimiento de las obligaciones dinerarias en moneda de curso legal, especialmente observando las limitaciones que resultan del principio nominalístico (artículo 1737 del Código Civil) y las normas que prohíben la obtención, por cualquier medio o bajo cualquier denominación, de intereses superiores a los límites legales (Véase al respecto sentencia de la Sala Constitucional del 24 de enero de 2002, caso: créditos indexados).

En esta clase de obligaciones, el reajuste nominal de la expresión monetaria de la prestación debida solo procede mediante la indexación judicial en los términos en que ha sido reconocida por la jurisprudencia, es decir, calculada desde la fecha de admisión de la demanda hasta la fecha del pago efectivo y tomando como factor el Índice Nacional de Precios al Consumidor publicado por el Banco Central de Venezuela. En el caso de autos, el demandante pretende el pago de honorarios profesionales bajo el régimen de una obligación en moneda extranjera, sin que exista un contrato de servicios profesionales en el cual el demandado haya aceptado previamente esta modalidad, lo que hace inaplicable el artículo 128 de la Ley del Banco Central de Venezuela para el regir cumplimiento de la obligación.

En consecuencia, teniendo en cuenta las consideraciones previamente expuestas, la pretensión no solamente es improcedente, sino que presumiblemente violenta disposiciones de orden público sobre los efectos de las obligaciones dinerarias, dado que lleva implícita la pretensión de obtener una utilidad cambiaria que podría superar los límites legales de las tasas de interés y la prohibición de la usura.

 

Ver Sentencia

http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scc/septiembre/313470-RC.000464-29921-2021-20-138.HTML

 

Sentencias Vinculadas y Relacionadas:

SENTENCIAN° 106 DEL 29/04/2021. TSJ-SCC. RATIFICACIÓN DE LEGALIDAD DEL PAGO DE OBLIGACIONES EN DIVISAS

 

 

 

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